26 febrero, 2007

Angustias, me llaman.

Quizás hablar de esto sea darle más importancia de la que debiera, pero necesito hacerlo... y este es el espacio perfecto para ello.

Ya dije en alguna ocasión que la imagen que una tiene de sí misma es muchas veces distinta a la que tienen los demás. No sé si esto es bueno o malo, o ni bueno ni malo, pero en cualquier caso, a mí me descoloca y no me gusta la sensación.
La semana pasada, hablando con dos compañeros/amigos del trabajo, me dí cuenta de lo diferente que suena mi voz oída desde dentro de mi cabeza o desde fuera, cuando hablo de según qué. Al parecer, sueno casi enfadada cuando lo que a mí me parece es que simplemente estoy seria. Entonces, cuando esté enfadada de verdad, cómo sonaré? Casi me da miedo pensarlo! pero es que no soy consciente, de verdad que no.

Hoy he amanecido sin ganas de hablar.
Empiezo a estar un poco cansada de todo esto, cansada de que la gente se acerque a mí preguntándome qué tal día tengo y de tener que sonreir para que parezca que todo va bien y que hoy se puede hablar conmigo sin salir mal parado.
Toni me dijo que la gente que me conoce ya sabe cómo soy y que no me tendría que preocupar del resto. Eso será cierto pero... ¿por qué no me consuela? Ese resto a que él se refiere son personas, la mayoría, que llevan tiempo en la empresa, el suficiente como para hacerse una idea de cómo es cada cual, y si la imagen que tienen de mí es esta, algo está fallando en mi forma de comunicar, alguna señal estaré enviando en esa dirección.
La conversación del otro día me sirvió de mucho, aunque me dejó hecha polvo. Tendré que pensar en ello, buscar la forma de trabajarlo.
Yo siempre me tuve por una persona amable, fácil de tratar y risueña. Tímida, lo que a veces se confunde con altiva, y muy expresiva, lo que sin duda, no me favorece en absoluto. Y claro, como soy tan expresiva y llevo días pensando en todo este lío, pues hoy no tengo muchas ganas de hablar, y supongo que eso se traduce en mi cara. Alguien me puede explicar por qué narices le doy tanta importancia a lo que puedan pensar de mí los demás, cuando esos "demás" no son mi gente??? Vaya! Acabo de recordar una cuantas conversaciones sobre el mismo tema, todas con Marian, y la respuesta a mi pregunta es una vieja conocida.
Me temo que esta vez no le podré echar la culpa a las hormonas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que ayer no pregunté por que te vi y te miré.... pero eso no quiere decir que no me preocupara por ti. Yo te acepto tal y como eres, y te quiero siempre, con tus dias buenos y malos (que yo también tengo y todo el mundo imagino). Quieres que todo el mundo sepa lo fantástica que eres -por que lo eres-, pero no todo el mundo lo sabe apreciar. No deberías perder ni un segundo de tu tiempo ni un esfuerzo en hacer algo ni en pensar por qué hay "gente" que no sabe apreciar más allá de lo que tiene delante de sus narices. ¡Y qué?
¿Sabes? creo que cada uno de nosotros refleja una parte de sí mismo según en la situación en la que esté y la gente que le rodea. Recuerdo muy bien una frase que me viene a colación y que tu recordarás "tu no tienes mala leche, son los demás que hacen ponerte así" y es que hay mucho hijo de puta, mucho egoísta, mucho "escaparate".... y tu gracias a no sé qué tienes la tara de ser como eres, tal cual. Si estás bien, estás bien. Si estás mal, estás mal. ¡Y QUÉ?
Deberías estar contenta de ser como eres… y aprovecharte de la gente que te quiere. Si lo piensas bien, a todos esos que no saben cómo eres no los necesitas. UN BESAZO y perdona tanto rollo.

Amparo dijo...

Pasas una buena parte del día en un ambiente superficial, con personas que pueden ser encantadoras fuera del trabajo* pero que mutan al cruzar el umbral. Es lo que hay, lo lleva el ambiente o el aire acondicionado. Tú eres como eres, y a muchos nos gusta que seas así. Nadie en este mundo escapa de la crítica banal. Sabes tan bien como yo que algunas veces una persona se pone de moda en la agencia, en positivo o en negativo. Tienes tres opciones (ojo, que habla el oráculo): una, ser divina en todo momento (mala relación esfuerzo/resultado); dos, atacar las críticas de frente (“hola, ya que dices que tengo mal carácter, vengo a decirte que te huele la boca/que eres un guarro/que ya te puedes arruinar con DKNY, que eso no te quitará jamás la cara de bruta. Hala, sigue trabajando que tengas un buen día gilipollas); tres: aceptar que no se le puede gustar a todo el mundo siempre, seguir siendo como eres y cuando tengas dudas recuerda lo llena de tu-gente que estaba la torre donde celebraste tus 40.


*Ahí estaba siendo super generosa con la profesión en general, pero que valgan la pena, tú, Rosa, Silvia, una servidora, quizá Zafón… ;-)

Amparo dijo...

Ah, y la suerte que tienes de compartir espacio profesional con la/el "anónimo" que se me ha adelantado (uff, casi me olvido.)

Doña Paranoica dijo...

Generalmente el problema de estos asuntos radica en que la gente no se para a ver que es lo que hay más allá de lo que tienen delante, no investigan, no descubren, y sinceramente, más se pierden ellos. Yo me quedo con tus escritos y con los comentarios que dejas en mi espacio, que hacen que me anime un montón. Así que a seguir así.

Por cierto, en breve retomaré la escritura, que tengo un lío de vida......

Un besazo enorme

roser_pen dijo...

Buaaahhhhh!!! ostias, que guapas que sois, cago'n'la! No sabeis qué coraje me dais con vuestros palabros... jejeje
Amparo, me voy a quedar con la tercera opción pero te juro que hoy soñaré con la segunda, y me lo voy a pasar teta! Y si algún día me atrevo, lo grabo en vídeo para tu deleite.
1besazo a toas!!!