Hoy he ido a comer a casa de mis padres. Después de la breve discusión con el "aPPolítico" (muy buena tu asociación, Bohdi), he decidido que tenía que salir a respirar un poco de aire puro (todo lo puro que se pueda respirar en una ciudad)... He salido del trabajo agobiada e irritada, casi diría agresiva. Y no me gusta nada.
Ya una vez en el autobus, he cogido el libro para ver si así me distraía un poco y dejaba de pensar en el tipejo, y casi lo consigo... pero entonces el autobusero se ha picado con un taxista que se había parado en muy mal sitio, y ha empezado a despotricar, que si esto que si aquello... para acabar con una alusión a los urbanos que me ha encantado: "y claro, como la mayoría de urbanos están de baja por estrés y los que no, no trabajan pa'no cansarse..." Baja por estrés!!!!!!! jua jua jua... de pronto me he acordado del único urbano que conozco (y que ojalá no conociera) y me he tenido que aguantar la risa. Entonces he escuchado a dos jubilados que tenía sentados a mi lado, y va y uno le suelta al otro, en un tono divertido, "uy, hoy está agresivo el muchacho"... jajaja eran como aquellos dos vejetes de los muppets, que siempre estaban en el palco comentándolo todo... en fin, que me ha hecho gracia su reacción.
Todo esto me ha hecho cerrar el libro y ponerme a pensar en la agresividad que llevamos dentro, encima o donde sea que la llevemos. Y he recordado algo que me dijeron hace tiempo sobre la importancia de aprender a relajarse, a disfrutar de cada momento, a buscar lo positivo del día... (hoy por ejemplo, el sol ha venido a vernos)... y de esa forma apartarnos un poco de la agresividad que conlleva nuestro día a día, en una ciudad donde ya nadie se respeta y en una sociedad donde los valores parecen vueltos del revés.
Y al bajar del bus, he caminado en lugar de meterme en el metro, y han sido cuatro calles fantásticas.
Y me he hecho una propuesta a mi misma que esta noche trasladaré a Ricardo... En lugar de cenar delante de la tele (que la mayoría de las veces deprime más que otra cosa), podríamos cenar con música y después leer un rato en compañía. Se me ocurre que es una buena forma de acabar el día, mejor que seguir irritándome con las noticias...
La semana pasada leí en la Contra de La Vanguardia algo sobre la madurez, algo así como que "eres maduro cuando nadie puede provocarte ni alterar tu estado de ánimo, cuando sólo tú lo eliges y no depende de lo que hagan otros... entonces somos maduros."
UF! me queda tanto aún...
4 comentarios:
Tras varios días sin poder entrar en internet, tras un día horrible de estrés agobiante, llego a casa y me encuentro todo lo que has escrito, y me acomodo en la silla y noto como consigues que poco a poco vaya relándome.
Gracias por la canción de Alessando Marcello, música que me acompaña en estos momentos al dejarte estas palabras.
Mira que suelo estar de acuerdo en todo lo que dices, pero esta vez, respecto a la madurez y la inalterabilidad, difiero (hoy me he levantado fina). Seguiré alterándome hasta que muera siempre que vea injusticias, maltratos, violencias o situaciones que atenten contra nuestros derechos fundamentales, que son unos cuantos. Tal y como está el mundo, no creo que me calme ni dentro del crematorio. Mi estado de ánimo siempre depende de mi entorno. Esa es mi elección, porque soy una mujer madura (George Clooney también es un hombre maduro; eso me consuela ;-)
Estoy guerrerrilla (cuanta consonante.)
Me alegra que tú tampoco estés de acuerdo con la psicóloga entrevistada. Ella concretamente hablaba de la violencia de género
(que por cieto nunca he entendido porqué la llaman así) y del perfil psicológico del violento. Supongo
que, sacado del contexto de la entrevista, su concepto de madurez no tiene tanto sentido. En
cualquier caso, también hacía una asociación entre amor-posesión-violencia que no acabo de ver clara. Pero la frasecita me dio qué pensar.
Últimamente pienso demasiado...
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