31 marzo, 2007

Vienes mucho por aqui?

Últimamente... más bien poco. Parece que las ganas de contar se han ido de vacaciones antes de tiempo. Pero ya volverán. Siempre vuelven.
Mientras tanto, para los entreactos, dejo aquí un video que me gusta... Él me gusta, ella me gusta, la canción, la escena, la película... Todo.

14 marzo, 2007

Tarde de compras

Hacía tiempo que no me escapaba al salir del trabajo... y ayer lo hice, por fin!
Directa a mi objetivo. Entré en el Fnac llena de buenas intenciones, es decir, no gastar demasiado... pero da lo mismo las intenciones que lleve, siempre pico.
Mi hermano me dijo hace unos días que había cantidad de pelis y música a precios divertidos (porque a estas alturas, un cd por 5,95 me parece bastante divertido) y claro, llevaba días planeando mi escapada al templo... (¿que por qué templo? y cómo llamar si no a un lugar lleno de películas, música y libros??? pues templo!)
El caso es que ayer me escapé, con la intención de estar sólo media horita y cotillear un poco. Buscaba un cd de Tony Bennet, nada más inocente. Peeero... ese sitio tiene poco de inocente, y yo... mucho menos.
Me dediqué pues a vagar por los pasillos toqueteando los cedeses, buscando, eso sí, las ofertas (supongo que para sentirme menos culpable), y preguntando a todos los muchachos de verde porque, mira que voy veces eh?, pues nunca sé dónde están las cosas (yo creo que ya me conocen)... El caso es que acabé en las máquinas esas de escuchar (que tienen un nombre pero que ahora no me acuerdo) y cargadita con una variada y curiosa selección en la que sólo faltaba Tony Bennet. También pasé por la sección de cine, siempre buscando una que nunca encuentro. "Querido intruso"... se admiten sugerencias. Los libros, sin embargo, los dejé para otra ocasión. En casa tengo montones por leer.
Total, que el resultado fue: 3 cedeses (uno doble), 3 pelis y una serie de TV (1ª y 2ª temporada). No está mal, no?
De momento ya tengo emepetreseada la música para poder escucharla desde el bolso, y busco tiempo en mi agenda para empezar a ver la serie, Porca Misèria, absolutamente recomendable.
Fue una visita corta pero genial. Voy a planear mi regreso...

12 marzo, 2007

A ver si aprendo...

Hoy he ido a comer a casa de mis padres. Después de la breve discusión con el "aPPolítico" (muy buena tu asociación, Bohdi), he decidido que tenía que salir a respirar un poco de aire puro (todo lo puro que se pueda respirar en una ciudad)... He salido del trabajo agobiada e irritada, casi diría agresiva. Y no me gusta nada.
Ya una vez en el autobus, he cogido el libro para ver si así me distraía un poco y dejaba de pensar en el tipejo, y casi lo consigo... pero entonces el autobusero se ha picado con un taxista que se había parado en muy mal sitio, y ha empezado a despotricar, que si esto que si aquello... para acabar con una alusión a los urbanos que me ha encantado: "y claro, como la mayoría de urbanos están de baja por estrés y los que no, no trabajan pa'no cansarse..." Baja por estrés!!!!!!! jua jua jua... de pronto me he acordado del único urbano que conozco (y que ojalá no conociera) y me he tenido que aguantar la risa. Entonces he escuchado a dos jubilados que tenía sentados a mi lado, y va y uno le suelta al otro, en un tono divertido, "uy, hoy está agresivo el muchacho"... jajaja eran como aquellos dos vejetes de los muppets, que siempre estaban en el palco comentándolo todo... en fin, que me ha hecho gracia su reacción.
Todo esto me ha hecho cerrar el libro y ponerme a pensar en la agresividad que llevamos dentro, encima o donde sea que la llevemos. Y he recordado algo que me dijeron hace tiempo sobre la importancia de aprender a relajarse, a disfrutar de cada momento, a buscar lo positivo del día... (hoy por ejemplo, el sol ha venido a vernos)... y de esa forma apartarnos un poco de la agresividad que conlleva nuestro día a día, en una ciudad donde ya nadie se respeta y en una sociedad donde los valores parecen vueltos del revés.
Y al bajar del bus, he caminado en lugar de meterme en el metro, y han sido cuatro calles fantásticas.
Y me he hecho una propuesta a mi misma que esta noche trasladaré a Ricardo... En lugar de cenar delante de la tele (que la mayoría de las veces deprime más que otra cosa), podríamos cenar con música y después leer un rato en compañía. Se me ocurre que es una buena forma de acabar el día, mejor que seguir irritándome con las noticias...

La semana pasada leí en la Contra de La Vanguardia algo sobre la madurez, algo así como que "eres maduro cuando nadie puede provocarte ni alterar tu estado de ánimo, cuando sólo tú lo eliges y no depende de lo que hagan otros... entonces somos maduros."
UF! me queda tanto aún...

Habrá que ponerse en marcha

Creo que llevo demasiado tiempo quejándome sin hacer nada al respecto. Hoy me he dado cuenta de la rabia que siento cuando alguien me tira su opinión a la cara, levantando la voz y argumentando sin que yo le pueda rebatir porque no tengo la información necesaria.
Alguien que de pronto se define como apolítico porque dice que todos los partidos van a lo mismo y que todos nos utilizan y que sólo quieren aprovecharse de los inocentes ciudadanos y del poder que les concedemos y qué sé yo cuántas cosas más...
Esta persona que dice no estar a favor de nadie, hablaba más en contra de unos y más a favor de otros. Curiosa manera de mantenerse al margen.
Yo me he quedado con ganas de rebatirle cada punto, pero sólo he podido con algunos... Por dentro, me hierve la sangre, roja, muy roja. Y pienso que tal vez ha llegado el momento de que tome partido y me comprometa más con mis ideas.

11 marzo, 2007

Son muchas las cosas que una aprende de sus progenitores... Si ahora tuviera que hacer una lista, no tendría tiempo ni espacio para completarla, pero hoy me gustaría recordar uno de los amores que mi padre trató de transmitirme: el amor por la música clásica.

No soy una persona muy entendida en el tema, confieso, pero la música para mí es como la pintura, o me mueve las entrañas o no me las mueve. Lo que mi padre consiguió enseñarme es a escuchar la música, a sentirla, a tratar de ir más allá de las primeras notas. Y aunque nunca fui una alumna aventajada, algo me debió quedar de cada conversación que tuvimos sobre ópera, sobre Mozart... o sobre zarzuela (para él tan grande y tan clásica como cualquier otro género).

Hoy me apetece compartir una pieza que a mí personalmente me eriza la piel cada vez que la escucho. Es parte de un concierto para Oboe y su autor es Alessandro Marcello, veneciano y contemporáneo de Vivaldi.

La escuché por primera vez hace muchos años, en la banda sonora de una película, un clásico del cine romántico de los 70, Anónimo Veneciano. En el argumento, esta pieza era el "anónimo veneciano" que el prota, director de orquesta, ensayaba con sus alumnos. Tardé años en encontrarla y descubrir que en realidad no era anónima, sino que tenía nombre y apellidos. Y recuerdo también la emoción al encontrar el cd que la contenía...

Esta es una de esas joyas para escuchar con los ojos cerrados y el alma abierta.

02 marzo, 2007

Just the way I am

La primera vez que escuché esta canción fue en clase de inglés hace muchos muchos años, cuando estudiaba en el British. Teníamos un profe fantástico que para suavizarnos la tarde del viernes nos ponía música y trabajábamos con ella. El caso es que en aquella época yo tenía la autoestima por los suelos, qué digo por los suelos... en el sub-sótano más profundo, y además (o quizás precisamente por eso) estaba saliendo con un chico al que yo consideraba muy superior a mí. Evidentemente, para mí el final estaba cantado. Y recuerdo que una compañera de clase, con la que hice amistad ese año, cuando escuchó la canción me dijo: "Nena, apréndete la lección de hoy. Si ese chico está contigo, probablemente sea porque le gustas tal como eres. No tienes que aparentar. No tienes que cambiar, sólo tienes que ser tú." Qué gran lección, verdad?

Ese chico pasó a la historia, aunque por otros motivos... Pero la lección no se me olvidará nunca. Ni la sonrisa de aquella amiga cuando me hablaba. Ni lo dulce que me sonó esta canción aquella tarde.

Esto de las lecciones de vida, como a mí me gusta llamarlas, es como los medicamentos que tardan en hacer efecto... Igual no te das cuenta hasta pasado un tiempo, pero están ahí, haciendo su trabajo. Y de pronto un día, te encuentras mejor.

No hace mucho le recomendé a otra persona esta misma canción y fue por motivos parecidos. Espero que le sirviera como me sirvió a mí.