05 noviembre, 2006

Una visita corta

Saco un momento la cabeza para deciros que estoy bien, en fase de recuperación de fuerzas (físicas y no físicas) pero echaba tanto de menos esto que me he tenido que conectar… No es que tenga mucho que contar, porque los detalles de mi convalecencia tampoco son muy interesantes, peeero… tenía ganas de decir un par de cosas.
Lo primero que es un gustazo saber quiénes están cerca (y no me refiero al espacio geográfico). No es que fuera una sorpresa, porque a estas alturas de la película ya sé quién es quién y por dónde corre, pero siempre reconforta que te lo confirmen, no?
Lo segundo es sobre la tontería de sentirme culpable por estar de baja. Por favor, que alguien me dé una colleja por estar con estas dudas. (labor que, por cierto, empezaron el viernes mi colega Cristina y más tarde mi germaneta “la Sanzi”)
¿¿¿Pues no ando con males de conciencia porque creo que ya llevo demasiados días de baja??? Y no es porque me encuentre del todo bien, que los puntos tiran y joden que no veas, sino porque como no tengo ni fiebre ni tomo calmantes (ya no) ni tengo impedimentos para salir a la calle… pues me da no sé qué alargar la baja… cómo si estuviera estafando a la empresa! La madre que me trajo!!! (ni caso mami, que te quiero mucho!)
El caso es que estoy con dudas de si pedir el alta o todavía no, y lo que más me jode es que las dudas no vienen por mí, sino por el curro. Qué coño! Por el curro tampoco, porque lo que pueda haber de curro está saliendo sin mi presencia (o me está esperando, que también podría ser)… Es por la empresa, por los jefes, por ese sentimiento de lealtad (quizás mal entendida) y por esa conciencia de “hormiguita trabajadora” que no puede decepcionar a nadie saliéndose de la fila… Qué paja mental, no? Pero es así, tal como os lo cuento. A la pregunta de si estoy realmente para pasarme once horas seguidas fuera de casa, no sé qué responder… Espero que el médico de la SS me dé alguna pista el martes. No sé, quizás debería pensar más en las posibles consecuencias de no descansar el tiempo suficiente, y también en el dolor que siento cuando hago algún esfuerzo, olvidando el aspecto que tiene mi barriga ahora mismo... O quizás no debería pensar tanto y simplemente esperar al Martes para ver qué tal me siento... y entonces decidir... (a qué parece fácil?) En fin, cómo dice mi padre “ya cruzaré ese puente cuando llegue”. (pero que sepáis que queda abierta la veda de las collejas)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

te acabas de ganar 5 y una patada en el culo de propina, por tonta!
(Cristina)

Anónimo dijo...

Yo me apunto con un puñetazo. No en el estómago, porque creo que en estos momentos quizás no sea el sitio más adecuado, pero sí en el cerebro, por ejemplo, a ver si se ponen las neuronas en su lugar.

Y ahora un besito para compensar :-)


Silvia.

Anónimo dijo...

Eso de la lealtad está muy bien, pero lo primero es tu salud, aunque pensándolo bien, ¿desde cuándo se necesita tener fiebre o la pierna rota para estar de baja? Si para tí es requisito imprescindible díme dónde vives que te haremos una visita... Servicio Gratuito.

Un besote y cuídate....que al menos yo te echo de menos.

Amparo dijo...

Colleja.