
Sólo cinco días, pero a tope. Pateamos mucho, con lluvia y frío (más del que esperábamos para mediados de agosto), pero vimos todo lo que teníamos previsto ver. París no decepciona. No podría, es un clásico. Una de esas ciudades que uno no puede dejar de conocer, aunque – y en esto coincidimos los dos – si nos dieran la posibilidad de vivir un año en otra ciudad europea, París no sería la elegida.
Cómo turista? confieso: he disfrutado mucho de la escapada. Para muestra, fotico de mi niño... (a que es bonita?)
A pesar del poco tiempo, creo que hemos aprovechado bastante. La compañía ha sido grata (íbamos con unos amigos) y además hemos cumplido objetivos: el mío (el principal) visitar a Vincent en el d’Orsay. Y él tampoco me decepcionó. Después de casi batirme en duelo con un millar de japoneses para poder estar frente a frente con la mismísima Gioconda, debo decir que la emoción no la sentí de la mano de Leonardo, sino junto a obras de Rodin y Dalou, y como no, de mi admirado Van Gogh. Salí de allí – como era de esperar – impresionada! (chiste fácil, lo sé) Pero en serio, vale la pena la visita.
Balance positivo pues de los cinco días de inmersión lingüística y bolsillo tembloroso. Próxima parada: Tumbuctú.
2 comentarios:
O voy ya o me dará un algo.
Objetivo 2007 será ir a París, aunque haga frio o encuentre parisinos.
Qué buena pinta tiene la foto. ¿Haréis sesión?
No lo dirás en serio?? con lo que cuesta encontrar voluntarios!! te apunto para cenita con fotos? cena delicatessen, lo prometo.
Publicar un comentario