16 noviembre, 2007

El espejo del alma??

Cada día uno se cruza por la calle con cientos de personas, y a veces te cruzas con una que eclipsa al resto... para bien, o para mal.
Hoy me ha pasado en el metro, volviendo a casa.
Es un viejo conocido de la línea 3, al que llevaba tiempo sin ver.
Iba yo pensando en mis cosas, cuando le he visto entrar por la misma puerta donde estaba yo. El tipo ... en su línea, repasando a toda bicha viviente, porque este tío sólo se atreve a repasar a personas de género femenino. Y no es que mire, sino cómo mira. A veces anda más rápido para ponerse a la altura de alguna chica y entonces la repasa de arriba a abajo, una o varias veces, y sonríe, pero con una de esas sonrisas ofensivas.
Es un tipo bajito, con cara de pocos amigos y andares chulescos. Por su aspecto, diría que un skin convencido. En su mirada se lee el desprecio y la mezquindad.
Antes, cuando me lo encontraba en el transbordo de línea, intentaba dejar distancia. O le adelantaba, o trataba de quedarme atrás. Si tenía la suerte de no coincidir con él en el vagón, le perdía de vista y le olvidaba. Hasta el día siguiente.
Pero hoy, que le he tenido a medio metro de distancia, he podido observar la reacción de las mujeres a quienes él miraba. Algunas se hacían las locas, como si no le hubieran visto (mejor pasar desapercibidas, supongo) y otras bajaban la mirada, no sé si por asco o por vergüenza, o tal vez porque ya era tarde para disimular. Yo he pensado que mejor tenerle de espaldas, así no me ve... pero no me ha servido de mucho el camuflaje porque le he tenido que pedir paso y finalmente hemos cruzado la mirada.
Esta vez me costará olvidar. Sus ojos eran puro desafío.
Se ha apartado, eso sí, pero perdonándome la vida.
Y yo he salido dándole las gracias, no sé muy bien si para evitar que se quedara con mi cara, o a lo mejor porque sigo pensando que "de bien nacidos es ser agradecidos" y al final, ser amable no cuesta dinero, y abre muchos corazones (o eso me gusta pensar).
He caminado hasta casa pensando en la impresión que nos causan algunas personas. Personas con las que, a lo mejor, sólo compartimos el trayecto al trabajo, pero que aún así condicionan nuestro comportamiento. O quizás yo soy muy fácil de condicionar, no sé... Pero este es un individuo al que no me gusta tener cerca. Me pone nerviosa.
Que por qué lo cuento aquí? pues no sé, pura necesidad supongo, como en los viejos tiempos.

Y ahora... me voy a ver a Natalia. Tenemos que ponernos al día, hace mucho (demasiado) que no nos hablamos.

3 comentarios:

Lucía dijo...

Hay gente que transmite vibraciones desagradables a primera vista, aunque el tipo que describes parece orgulloso de provocarlas.

Doña Paranoica dijo...

Por lo que cuentas, ese tipo parece de lo más despreciable. A mí también me pasa a veces, que ves a ciertas personas y te dan mal rollo directamente, sin haber intercambiado una palabra con ellos. Cuestión de feromonas supongo, aunque vamos, tal y como lo cuentas lo de este tipo debe ser muy fuerte, porque las chicas de alrededor han reaccionado de alguna forma.

Un besazo guapa, que me encanta que retomes esto!!!!!!!

Yo dijo...

Pues vaya asco de persona... sí, los hay que son repulsivos sólo con mirarlos. Y lo peor es que te hacen sentir mal sin haberles hecho nada, como si uno fuera culpable de algo. Son ellos los que transmiten malas vibraciones o energías negativas o lo que sea.
En fin... qué mala suerte que tengas que seguir viéndole.
Ánimo, a lo mejor un día se cae de su propio ego y se descalabra la cabeza.

Un besazo!