Tras una brevísima puesta a punto en el hotel, tomamos un cercanías dirección a Fushimi Inari, un santuario muy cercano a Kyoto y, afortunadamente, poco frecuentado por turistas. En él se encuentra, además del santuario propiamente dicho, un camino de más de 4kms bordeado de Toriis (puertas) rojas, que fueron donadas - dicen - por hombres de negocios como ofrenda al santuario. La sensación de pasear por ese lugar, en algunos tramos completamente solos, era sencillamente espectacular. Cada pocos metros llegaba un claro en el camino y podías detenerte ante un altar, aprovechar para dar gracias por esa experiencia, o simplemente para impregnarte de la paz que allí se respiraba.

Para quienes hayan visto Memorias de una Geisha, quizá les resulte familiar la imagen...
De vuelta en la ciudad, sólo nos quedaba buscar un sitio donde nos dieran de cenar a los 10 amigos. La cosa fue rápida porque menuda es Francis organizando! Comimos, bebimos y nos echamos unas buenas risas, para no perder la costumbre. Alguna de estas risas fue a costa de la comida, ya que pedimos pulpo y nos sirvieron gambas! y claro, nos dió por elucubrar... "será que aquí a la gamba la llaman octopus y al pulpo prawn?" o "será que nuestro inglés es más patético de lo que pensamos?" ...parece evidente que alguien se confundió, pero después de medio litro de cerveza cualquier explicación nos servía, sobre todo para seguir riendo... Y claro, con la tontería… llegó la cancioncilla. A Francis no se le ocurrió otra cosa que grabarnos en video cantando una canción cuya letra eran las ciudades que habíamos visitado y la música... (no podía ser otra) la archiconocida melodía de Heidi. Impresionante documento! Risas y más risas. (yo creo que a estas alturas del viaje, Héctor, el chico camiseta, ya estaba muy arrepentido de haberse juntado con el otro grupo, que no se reían ni la cuarta parte que nosotros)

Al día siguiente... 3 visitas obligadas: Sanjusangendo, un templo budista famoso por sus 1001 imágenes de Kannon, una deidad budista.


Santuario de Heian, dedicado al emperador Kammu que fue el fundador de Kyoto.
Al terminar la visita, y a petición nuestra, nos dejan en la puerta de una mega tienda, rollo Corte Inglés, para que podamos hacer todas las compras del mundo (las típicas, básicamente). Buffet libre en la última planta (ya he dicho que era rollo Corte Inglés) y sincronización de relojes para encontrarnos 3 horas más tarde en la puerta. Ojo al dato: la tienda tenía un servicio gratuito de taxi que nos llevaba de vuelta al hotel a la hora que quisiéramos! Bueno, las compras... mejor no entramos en detalles. Sólo deciros que hasta nos hicimos una foto con las muchachas que nos atendieron. Ya puestos a hacer el turista...
Lo mejor de la tarde: encontramos una tienda (otra, en frente de la primera) en la que vendían katanas auténticas, no para turistas, y todo tipo de artilugios para enamorados de las artes marciales, uséase, nosotros. Por si alguien se lo pregunta... no, no volvimos con katana incorporada. Ricardo, que es muy exquisito (como dice Amparo), sólo se comprará una de las buenas cuando podamos pagarla, claro. Para que os hagais una idea, una katana auténtica japonesa, elaborada artesanalmente, puede costar entre 9.000 y 20.000 euros. A partir de ahí hay otras calidades y otros precios, pero profundizar en eso nos llevaría tiempo... y me queda mucho por contar.

Volviendo al caso... muy cerca de las dos tiendas, estaba el Kyoto Budo Center que es un lugar donde se practican artes marciales y al que puedes asistir como discreto espectador. Averiguamos a qué hora era la clase de ese día y allí nos plantamos con Josep, después de pasar por el hotel para cambio rápido, dejar bolsas y salir pitando otra vez. Estuvimos viendo una clase de Kendo, que -para quienes no sepan- es esa disciplina en que utilizan máscara y armadura, y como arma un sable de bambú. (que a bote pronto uno piensa "¿se ponen armadura para darse con un sable de bambú?"... pues poca broma, que se dan unas leches...)

A la salida, Josep no paraba de decirnos "sé que me repito pero es que ha sido una pasada"... Para nosotros también lo fue.
Taxi de vuelta para encontrarnos con el resto del grupo y salir a cenar. En Japón hace tantísimo calor en verano que bebes y bebes y no te das cuenta, pero lo mismo agua que cerveza... Bueno, cuenta si te das porque uno no acaba igual de contento... Esa noche, yo me pimplé un litro (enterito) de cerveza... Creo que yo no me bebía eso desde mis años mozos, allá por la prehistoria. Ya podeis imaginar el espectáculo. Rematamos la noche en la habitación de Quim, entre botellas de alcohol compradas en Munich, frutos secos y fotos de disparador automático, de esas en que siempre alguien sale sin cabeza.
8 comentarios:
Tras leer todos tus resuménes del viaje, solo puedo decir una cosa ¡¡¡¡¡yo quiero ir también!!!!!
Te echaba de menos por aquí, como siempre.
Un besazo super enorme!!!!!!!
¿Y no te comieron los mosquitos en el Fushimi Inari? yo aun tengo restos. Fue una masacre, al menos 15 picaduras en 3 horas... Eso sí, volveré cuando vuelva a Japón.
Y de todos los Templos el que más me gustó fue el Templo Dorado.
¡Qué recuerdos me traes...! ^_^
OH sí! mosquitos por doquier :-DD
En Fushimi Inari fue lo peor, aunque yo tengo bastante suerte, no les debe gustar mi sangre, pero el resto del grupo salió "malherido", sobre todo R.
Yo sigo enganchadísima con Japón, ya hemos hablado en casa de ahorrar para volver lo antes posible... A que son la leche? El país me encantó, pero creo que más me gustó su gente.
Doña: tienes que ir algún día, te va a encantar!
¿Qué ha pasado con el guía tontolaba?
Nosotros también queremos volver. Y te recomiendo que ya que es tu 2ª vez vayas sin guía. Vais a pasarlo mucho mejor.
^_^
¡Volver quieroooo!
y las fotos de los decapitados y la juerga???
Menudas fotos, menudo viaje, menudas juergas, menuda envidiaaaaa!!!!
Me alegro muchísimo de que disfrutarais tanto.
Y como dice foscardo, ¿dónde están las fotos de decapitados? ;D
un besazo!
Uy! esas están censuradas... porque casi es mejor salir decapitado que con los caretos que salimos algunos... jajaja
De todas formas, (y casi que me alegro) no estaban en mi cámara...
Amparo: voy a tratar de recuperar algún recuerdo del guia-tontolaba, pero es que nos hemos esforzado tanto por olvidarle...
Publicar un comentario