24 septiembre, 2012
Hace ya dos semanas...
...de mi llegada, y poco a poco voy adaptándome a la ciudad.
Cosas que me han llamado la atención? Los seguratas de los supermercados llevan chaleco antibalas. Da qué pensar, verdad? pues esa fue una de mis primeras impresiones... Hay cantidad de perros abandonados por las calles, sobre todo en el centro. Curiosamente, en los barrios residenciales no se ve ni uno. Hay tipos por todas partes con un chaleco en el que pone "Recarga conmigo"... (también da qué pensar, no?) pero no te recargan las pilas ni el ánimo, sino los móviles.
También hay mucha policía, "carabineros" los llaman aquí. Aparentemente el centro es un barrio bastante seguro... hasta las 11 de la noche, en que los carabineros desaparecen y quedas sólo ante el peligro. Aunque la verdad, las veces que R. y yo hemos vuelto al departamento por la noche, a mí me ha parecido igual de peligroso que Ciutat Vella.
Tambien me ha chocado que aquí es muy normal pagar la cuenta del supermercado en cuotas. Cuando pagas con tarjeta te preguntan si quieres pagar en cuotas, aunque el importe sea de 6000 pesos (al cambio unos 10€). Al parecer, aquí es muy común y siempre que pueden fraccionan los pagos. Es la forma en que muchos llegan a final de mes. Esta no es una ciudad "barata" para vivir, aunque dependiendo del barrio en el que estés tienes más opciones (como en todas partes supongo). Ayer estuvimos en un Mall en las Condes (pijerío), en el que pude encontrar marcas conocidas (Zara, Esprit...) y comprobé que los precios son como en Bcn. Así que la MasterCard mejor bajo llave.
De momento me conformaré con ver la Cordillera desde casa, que me sale gratis.
11 septiembre, 2012
Primeras impresiones
Parece que el 11 de septiembre es día de conmemoraciones.
Para los neoyorquinos es un día de recuerdos dolorosos y para los catalanes un día de orgullo y reivindicaciones, pero en Chile lo que se recuerda y algunos conmemoran es el golpe de estado del bigotes.
Ayer un amigo nos dijo "cuidadín si salís por el centro, suele haber movida".
Pero voy a bajar a la calle igualmente, a ver qué se cuece. Aprovecharé para comprar cuatro cosillas y que me dé el sol un ratillo.
Desde el apartamento veo el cerro de Santa Lucía y la torre Costanera (la más alta de Latinoamérica). Y cuando el día es claro y el cielo está limpio, puedo ver un cachito de Cordillera. No está mal. A ver si un día de estos consigo hacer una foto digna.
En cuanto al barrio, "comuna" lo llaman aquí, no se puede decir que sea "de agradable paseo", pero hay una calle justo al lado de los apartamentos que tiene mucho encanto: la calle París. Estrecha, adoquinada, y con edificios antiguos de estilo europeo.
El primer día, mientras dábamos un paseo de reconocimiento por la zona, Ricard me dijo "te voy a enseñar una calle que te gustará"... Y sí, me gustó.
El resto de las calles que rodean el apartamento son como en esas películas de la "América profunda", calles muy anchas y edificios bajos tipo almacén. Quizás por eso me pareció tan encantadora la otra. Haré foto en cuanto pueda.
Volvemos a la casilla de salida
Dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre al instante. Y dicen también que todo ocurre por alguna razón.
Será como dicen, porque ahora me encuentro viviendo en Santiago de Chile. De momento sin trabajo, pero parece que con más posibilidades de encontrarlo que en mi país.
Ricard, en cambio, tiene más del que puede asumir, pero parece contento así que no me quejaré. Buscaré mi lugar en esta ciudad. Y buscaré trabajo, claro. Ah! Y piso! buscaré piso también... Y me buscaré a mí misma, a ver si encuentro a la persona que siempre he querido ser.
Creo que será bueno tanto cambio, aunque la verdad, echo de menos a mis pingüinos.
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