02 mayo, 2011

Se acabó el duelo

Hace exactamente 3 meses y 12 días que me pusieron de patitas en la calle. Cómo pasa el tiempo! Aunque no voy a quejarme porque la verdad es que estoy mejor fuera que dentro, y al final el asunto económico creo que se resolvió bastante bien... Sólo que... han pasado tantas cosas! Y de alguna no puedo hablar aún.
Claro que a quién le importa¿?... Si la vida está llena de decepciones, me va a venir de una más? seguro que no.
Además, el otro día hablando con Sue me di cuenta de que el duelo estaba durando demasiado. Tres meses es mucho tiempo para seguir aislada del mundo, lamentándome por haber perdido "mi sitio"... Porque probablemente ese no era mi sitio. No, probablemente no, seguro que no lo era. Así que resulta un poco absurdo lamentarse por eso. Y luego están los amigos. Los de verdad. Los que han estado ahí siempre, tirando de nosotros. Anda que si no fuera por ellos!
Total, que tras la colleja de Sue he decidido salir a la calle y comerme el mundo.
Bueno, el mundo seguramente no me lo comeré, pero un buen donut relleno de chocolate... eso seguro que cae.
Y este viernes, cenita con mi rescatadora, que me ha prometido comida rica y mucho cariño. Del bueno. De amiga. Del mejor.
;)

22 enero, 2011

"Llega el momento, me piro."

Con Estopa de fondo y una cerveza junto al portátil, regreso a mi blog.

Dicen que "año nuevo, vida nueva"... pues parece que así será. Al menos en lo laboral.
El jueves 20 de enero, exactamente 2 años después del despido de Marta y Rosa, me llegó el turno a mí.
He pensado tantas veces en cómo sería ese momento... y al final, todo aquello que imaginas se queda corto. Aún estando preparada, los nervios y la tristeza hicieron acto de presencia. Ventiún años de servicios a la patria son muchos años. Atrás quedarán todos los momentos vividos - trataré de recordar sólo los buenos - y me llevaré cada sonrisa, cada palabra y cada guiño que recibí de los mejores compañeros, que nunca volveré a tener. Algunos se me adelantaron, pero otros seguirán allí, defendiendo el fuerte.
Les voy a echar de menos. Y mucho.
Ahora debo cerrar un ciclo, para poder abrir el siguiente. A veces viene bien un empujón para poder saltar al vacío y darnos cuenta de que, realmente, no está tan vacío.
Sé que todo irá bien. Lo presiento.